En la entrada anterior veíamos que al llegar el año 1894 se formaba la nueva corporación municipal salida de las elecciones del 19 de noviembre de 1893.
A principios de enero, el día 5, el frío y la nieve arreciaban en toda Europa, en País la temperatura caía a los 10º C bajo cero y en Burdeos llegaba a los 12º C, en Moscú el termómetro se helaba, pues allí, la temperatura marcaba tan solo
El día 5 de enero para tratar de paliar el hambre y frio, en el Circo de Bilbao, se repartían raciones para los parados: “…El número de raciones distribuidas ayer fue de 1.589. El reparto de las raciones consistió en rancho de arroz y patata con carne y chorizo, una libra de pan y un trozo de bacalao o seis sardinas gallegas…” Mientras a los serenos se les suministraba: “…Café, copa y puro para mitigar el intenso frío…”
En relación al ambiente y costumbres, que se respiraba en aquella víspera de la festividad de los “Reyes Magos” de 1894, la prensa bilbaína relataba: “…La noche, del viernes al sábado, en la mayoría de los balcones estaban los zapatitos llenos de paja y mendrugos de pan, mientras, acurrucaditos en la cama, durmiendo con la sonrisa de la felicidad en los labios, descansaban miles de angelitos inocentes, soñando con la posesión del juguete ambicionado…” No todos iban tener la misma suerte en la visita de los magos.
El Ferrocarril de Bilbao a Las Arenas había transportado en diciembre del año 1893: “…A 50.287 viajeros,
En el pleno del día 11 de enero de 1893 se daba cuenta de un oficio del cura ecónomo de la parroquia de Santa María de Getxo: “…En el suplicando se nombre por esta Corporación para el bienio que dio comienzo el día 1 de enero de un vocal, para la Junta de Fábrica de esta parroquia, de conformidad con lo que previene la Sinodal vigente de la Diócesis…” Acordaba en aquel pleno el Ayuntamiento: “…Nombrar como vocal de la Junta de Fabrica a D. Vicente Aresti y Goiri vecino y feligrés de la mencionada parroquia…”
Algunas veces los vecinos menos favorecidos por la fortuna, a los que sus trabajos impedían cuidar de sus hijos al fallecer su esposa, se veían precisados a buscar ayuda fuera del hogar materno. Este fue el caso de un vecino de Getxo: “…Se trataba de D. Fabián Zarragoitia, quien al fallecer su esposa Dña. Prudencia Uranga, exponía al Ayuntamiento que debido a tan luctuosa perdida me ha quedado una niña de mes y medio, la cual me he visto obligado a ponerla fuera de casa al cuidado de una nodriza, pero por carecer de recursos para sufragar los gastos que ello provoca, suplico se me conceda el socorro de lactancia…” El Ayuntamiento, estudiado el caso, accedía a facilitarle dicha ayuda: “…Concederle al exponente el socorro de costumbre, de 15 pesetas mensuales durante 15 meses, pero si antes muriese la citada niña, solo se satisfará dicha cantidad hasta el día del fallecimiento…” Lo cual nos da una idea de cuan frágil eran las vidas de los pequeños en aquellas épocas. En la que el índice de mortalidad se situaba en torno al 35%. La mortalidad infantil era debida a varias causas, la primera de ella derivaba problemas respiratorios, seguida de otras causas como de origen nervioso, digestivo, tuberculosis, infecciosa y accidentes. A lo largo de aquel siglo XIX, otras enfermedades propiciaron la alta morbilidad, entre ellas la viruela, sarampión, difteria y tifus, que en 1891 alcanzaron cifras elevadas acercándose al 40%, y que sobre todo se cebaban en los niños de
A veces algunos conflictos con los grandes hacendados del municipio llevaban a la intervención municipal. En ese mismo pleno del 11 de enero de 1894 se trataba sobre un asunto que afectaba al entonces barrio de Las Arenas y al río Gobela: “…Habiendo llegado a conocimiento de esta Corporación que D. Matías Romo está haciendo cerradura paredes en el barrio de Las Arenas inmediato al ría Govelas, sin atender al ancho de
El día 12 de enero de 1893, ya se empezaba a ver en los escaparates de algunos comercios, las máscaras que anunciaban la llegada del próximo carnaval.
Tan escasas eran las noticias de la prensa referidas a nuestro municipio, que parecía que el verano había hecho desaparecer de sus páginas el interés por el mismo, por lo que hasta el anuncio de un inminente enlace matrimonial en Las Arenas venía a aportar novedades de nuestros barrios. Publicaba “El Noticiero Bilbaíno” en su sección “Gacetilla” del 15 de enero de 1894: “…El próximo sábado contraerán matrimonio en la Iglesia de Las Arenas, el Oficial de Telégrafos del Cable Inglés D. José Ugarte con la señorita Dña. Ángela Larrazabal, hija del administrador del establecimiento de Baños de Mar Bilbaínos D. Andrés Larrazabal…”
En la próxima entrada de esta serie, sobre el último cuarto del Siglo XIX, veremos cómo D. Paulino Mendivil, maestro de Las Arenas, recuperado de su enfermedad volvía a ponerse al frente de su escuela.